Tengo miedo a los pordioseros
me persiguen hasta mi cuarto
hasta la oscuridad de la conciencia
Llegan a mí como espectros por la noche
con sus ojos que son monedas
que son mendrugos escasos que ofrecí
Y sin piernas el alma se arrastra
demanda atención
a esa hambre que no conocemos
la que no necesita solo monedas o pan
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