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Te miro mirarte en mi cuerpo
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ALICIA LIDDELL ABANDONA EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS
EL DESAYUNO
EL LIBRO DE MONELLE
EL OTRO BARRIO DE SALAMANCA
EVOCACIÓN DE FRANCISCO SALAS, COSMÓGRAFO
GUDRÚNARKVIDA
HAMMURABI
LA HERIDA
LA VENUS DE WILLENDORF
LÍNEA CLARA
LOS DOS MARCELOS
MAROONED
PASIÓN, MUERTE Y RESURRECCIÓN
RUMBO A LONDRES
SONETO DEL AMOR DE OSCURO
UN AMOR IMPOSIBLE
Diálogo donde me sincero
El andalón
El tiempo (II)
El tiempo (IV)
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Poesía lunática y chingona
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Cine Darío
El ángel
Incrustación de caverna en una pared sin oscuridad
La sierpe
Onanística
Selva oscura (XVIII)
Selva oscura (I)
Selva oscura (V)
Selva Oscura (VII)
El olvido recuerdo y viceversa
Encontrar soledad para entenderse
La copa de mallarmé
Luna
Nocturno de la ventana
Seguridad
Ahora
Amor inédito
Aquí estoy de nuevo
Ars poética
Calla!
Como los robles
Desnudez
Diálogo frente al espejo
El poeta y la muerte al hombro (VII) Nueve días
Evocando tu mirada
Fiesta
La paz
Legado
Los hijos del trueno
Memorial
Nocturno
Nostalgia
Nunca es tarde
Oda a tu mirada
Orgullo
Para escribir
Poema
Regreso
Respuesta vedada
Retención
Sensaciones
Seremos una muralla
Sistema Morse
MAGIA EN VERANO
A espaldas de Dios
Ebriedad de Dios (2)
Ebriedad de Dios (3)
Ebriedad de Dios (4)
Ebriedad de Dios (I)
A quién me quejaré de mi enemiga
¡Oh! Trae el vino negro
A Marcel Schwob
Al castellano
Algo fluye cuando ya nada se agita
Behering
Catón, el censor
César Vallejo
Conversaciones
Dame una mentira enorme
De las tantas cosas que no puede
De lo que huye
Deja que hable Ezra Pound
Del amor por los bárbaros
Del útero a la tumba un sueño te llevará
Caracol de sueño sobre una cosa que mata
El mar de los antiguos
El pescador de perlas
El poema de hierro
El uro
En el museo de adentro
Entonces, el canto
Epitafios
Esta mañana escribí dos poemas
Hombre masa
Infancia de la maravillosa
John Keats
Júbilo y caída
Kustendje, a orillas del mar negro
La bestia de la aurora
La ingenua
La mano
La yegua de la noche
Lao-Tsé prepara una sentencia
Las líneas del mundo
Las vidas asombrosas
Lo que decía el poeta
Los miedos
Los ojos de Rimbaud
Poema del número cero
Por quitarle a la muerte su soberbia
The swan
Todo lo que diré de ti
Una avispa cruzó el himen de la ventana
Veo a una mujer maquillarse
AVE DE PASO
CARRER DEL POU DOLÇ
DEFINICIÓN
DIFERENCIAS SOBRE LA FOLÍA
EN EL TRASMUNDO TIEMBLA UNA BOMBILLA
LA HORA TODAVÍA
LANDRE COMA
PADRE DE TODAS LAS CRISMAS
PERIÓDICO
POR LA NOCHE
PRETÉRITO DEL MAR INDEFINIDO
QUE AL SON DE NUNO JÚDICE
TOCAN EL CLAVE CON EL CARRICK PUESTO
VISEU – VISIÓN
Entonces, sólo entonces (21)
Dedicatoria total
Entonces, sólo entonces (5)
Entonces, sólo entonces (18)
Entonces, sólo entonces (26)
Epifanía de Mazda
Luna Park. Poema instantánea del siglo XX
Maelstrom (Fragmento)
Nieve
Siempre
Siempre a Miguel Ángel Asturias
Soledad (V)
Tres poemas
Volvía a casa
Alma mia gentil, que partiste
Irme quiero, madre
Ojos, herido me habéis
A CIERTA DAMA QUE SE DEJABA VENCER
A CÓRDOBA
A DON ANTONIO DE LAS INFANTAS
A DON ANTONIO VENEGAS
A DON CRISTÓBAL DE MORA
A DON DIEGO PÁEZ DE CASTILLEJO Y VALENZUELA
A DON FRAY DIEGO DE MARDONES
A DON FRAY PEDRO GONZÁLEZ DE MENDOZA Y SILVA
A DON LUIS DE ULLOA
A DON LUIS DE VARGAS
A DON PEDRO DE CÁRDENAS
A DON SANCHO DÁVILA
A DOÑA BRIANDA DE LA CERDA
A DOÑA CATALINA DE LA CERDA
A FRANCISCO DE QUEVEDO
A FRAY ESTEBAN IZQUIERDO
A JUAN DE VILLEGAS
A JUAN RUFO
A JUAN RUFO, JURADO DE CÓRDOBA
A JÚPITER
A LA ARCADIA
A LA BAJADA DE MUCHOS CABALLEROS DE MADRID
A LA EMBARCACIÓN
A LA MARQUESA DE AYAMONTE, DÁNDOLE UNAS PIEDRAS
A LA MEMORIA DE LA MUERTE Y DEL INFIERNO
A LA PURÍSIMA CONCEPCIÓN DE NUESTRA SEÑORA
A LA RIGUROSA ACCIÓN CON QUE SAN IGNACIO REDUJO UN PECADOR
A LA TELA DE JUSTAR DE MADRID
A LAS DAMAS DE LA CORTE
A LAS FIESTAS DEL NACIMIENTO DEL PRÍNCIPE
A LO POCO QUE HAY QUE FIAR DE LOS FAVORES DE LOS CORTESANOS
A LOS CELOS
A NUESTRA SEÑORA DE ATOCHA
A SU HIJO DEL MARQUÉS DE AYAMONTE
A UN CABALLERO DE CÓRDOBA
A UN CABALLERO POETA
A UN FRAILE FRANCISCANO
A UN PINTOR FLAMENCO
A UN SUEÑO
A un tiempo dejaba el Sol
A UNA CASA DE CAMPO
A UNA CASERÍA
A UNA DAMA QUE CONOCIÓ NIÑA
A UNA DAMA VESTIDA DE LEONADO
A UNA ENFERMEDAD DE DOÑA CATALINA DE LA CERDA
A UNA SANGRÍA DE UN PIE
A UNOS ÁLAMOS BLANCOS
ACREDITA LA ESPERANZA CON HISTORIAS SAGRADAS
AL CONDE DE VILLAMEDIANA
AL CONDE DE LEMUS, VINIENDO DE SER VIRREY
AL CONDE DE LEMUS, YÉNDOLE A VISITAR A MONFORTE
AL CONDE DE VILLAMEDIANA, DE SU FAETÓN
AL DOCTOR NARBONA
AL DUQUE DE FERIA
AL EXCELENTÍSIMO SEÑOR EL CONDE DUQUE
AL LLANTO Y SUSPIROS DE UNA DAMA
AL MARQUÉS DE AYAMONTE
AL MARQUÉS DE AYAMONTE, DETERMINADO
AL MARQUÉS DE AYAMONTE, PARTIENDO
AL MARQUÉS DE AYAMONTE QUE, PASANDO POR CÓRDOBA
AL MARQUÉS DE VELADA, HERIDO DE UN TORO
AL MISMO
AL MONTE SANTO DE GRANADA
AL NACIMIENTO DE CRISTO NUESTRO SEÑOR
AL PADRE FRANCISCO DE CASTRO
AL PADRE JUAN DE PINEDA
AL PADRE MAESTRO HORTENSIO
AL POETA PEDRO SOTO DE ROJAS
AL PUERTO DE GUADARRAMA
AL SERENÍSIMO INFANTE CARDENAL
AL SOL, PORQUE SALIÓ, ESTANDO CON SU DAMA, Y LE FUE FORZADO DEJARLA
Al tramontar del Sol
Al tronco Filis de un laurel sagrado
AL TÚMULO DE ÉCIJA
ALEGORÍA DE LA PRIMERA DE SUS SOLEDADES
Allá darás, rayo
Amarrado al duro banco
Ándeme yo caliente
Ánsares de Menga
Aquí entre la verde juncia
Aunque a rocas de fe ligada vea
BURLÁNDOSE DE UN CABALLERO PREVENIDO
Ciego que apuntas y atinas
Con diferencia tal, con gracia tanta
CONVOCA LOS POETAS DE ANDALUCÍA
Cosas, Celalba mía, he visto extrañas
¿Cuál del Ganges marfil, o cuál de Paro
Cuando pitos flautas
Cuantas al Duero le he negado ausente
Cuatro o seis desnudos hombros
Cura que en la vecindad
De chinches y de mulas voy comido
DE DON FRANCISCO DE PADILLA
DE DON RODRIGO SARMIENTO
DE LA AMBICIÓN HUMANA
DE LA BREVEDAD ENGAÑOSA DE LA VIDA
DE LA CAPILLA DE NUESTRA SEÑORA DEL SAGRARIO
DE LA ESPERANZA
DE LA JORNADA DE LARACHE
DE LA JORNADA QUE SU MAJESTAD HIZO A ANDALUCÍA
DE LA MARQUESA DE AYAMONTE Y SU HIJA, EN LEPE
DE LA TOMA DE LARACHE
DE LAS MUERTES DE DON RODRIGO CALDERÓN
DE LAS PINTURAS Y RELICARIOS DE UNA GALERÍA
DE LOS MISMOS
DE LOS QUE CENSURARON SU POLIFEMO
DE LOS SEÑORES REYES DON FELIPE III Y DOÑA MARGARITA
DE MADRID
De puños de hierro ayer
De pura honestidad templo sagrado
DE SAN LORENZO EL REAL DEL ESCORIAL
DE UN CABALLERO QUE LLAMÓ SONETO A UN ROMANCE
DE UN CAMINANTE ENFERMO
DE UN JABALÍ QUE MATÓ EN EL PARDO
DE UNA DAMA
DE UNA QUINTA DEL CONDE DE SALINAS
DE UNA QUINTA QUE HIZO EL OBISPO DON ANTONIO VENEGAS
DE UNAS FIESTAS EN VALLADOLID
DE UNOS PAPELES QUE UNA DAMA LE HABÍA ESCRITO
Dejadme llorar
DEL CASAMIENTO QUE PRETENDIÓ EL PRÍNCIPE DE GALES
DEL CONDE DE VILLAMEDIANA
DEL MARQUÉS DE SANTA CRUZ
DEL REY Y REINA NUESTROS SEÑORES EN EL PARDO
DEL TÚMULO QUE HIZO CÓRDOBA
DEL TÚMULO QUE HIZO CÓRDOBA EN LAS HONRAS
DETERMINADO A DEJAR SUS PRETENSIONES
Diez años vivió Belerma
DILATÁNDOSE UNA PENSIÓN QUE PRETENDÍA
Dineros son calidad
Duélete de esa puente, Manzanares
El que a su mujer procura
EL SASTRE
En dos lucientes estrellas
En el caudaloso río
En el cristal de tu divina mano
EN EL SEPULCRO DE LA DUQUESA DE LERMA
EN EL TÚMULO DE LAS HONRAS DEL SEÑOR REY DON FELIPE III
EN LA ENFERMEDAD DE QUE MURIÓ EL SEÑOR REY DON FELIPE III
EN LA JORNADA DE PORTUGAL
EN LA MISMA OCASIÓN
EN LA MUERTE DE DON RODRIGO CALDERÓN
EN LA MUERTE DE DOÑA GUIOMAR DE SA
EN LA MUERTE DE DOS SEÑORAS MOZAS
EN LA MUERTE DE ENRIQUE IV, REY DE FRANCIA
EN LA MUERTE DE TRES HIJAS DEL DUQUE DE FERIA
EN LA MUERTE DE UN CABALLERO MOZO
EN LA MUERTE DE UNA SEÑORA
EN LA PARTIDA DEL CONDE DE LEMUS Y DEL DUQUE DE FERIA
En la verde orilla
En los pinares de Júcar
EN UNA ENFERMEDAD DE DON ANTONIO DE PAZOS
Entre los sueltos caballos
Érase una vieja
FÁBULA DE POLIFEMO Y GALATEA
Frescos airecillos
Grandes, más que elefantes y que abadas
Hermana Marica
Ilustre y hermosísima María
INFIERE, DE LOS ACHAQUES DE LA VEJEZ
INSCRIPCIÓN PARA EL SEPULCRO DE DOMÍNICO GRECO
Jura Pisuerga a fe de caballero
La chacona a las sonajas
La desgracia del forzado
La dulce boca que a gustar convida
Las flores del romero
Las tablas del bajel despedazadas
Lilio siempre real nascí en Medina
Llegué a Valladolid; registré luego
Llegué, señora tía, a la Mamora
Lloraba la niña
Los blancos lilios que de ciento en ciento
Los dineros del Sacristán
Los montes que el pie se lavan
LUTO POÉTICO
Manda Amor en su fatiga
Mientras por competir con tu cabello
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