Todavía se aman a pesar de la plaga
y encuentran en la noche sus torsos alumbrados
sabiendo que la muerte les acecha celosa.
Tiemblan cuando desnudos se miran al cristal
y ven alguna mancha que oscurece su piel.
Con precaución celebran sus huesos arropados
y con certeza saben éste es tiempo de guerra.
Oficiando sus ojos un memorial de sombras
recuerdan tantos nombres que con pasión se amaron,
cuerpos llenos de fuego su coraza encendida
y que ahora rescatan del campo de batalla.
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