Ardo entonces durante noches para purificarme,
y siento enarbolados sobre mi cuerpo el látigo y la vara:
deseo liberarme por completo de mi propio ser
hasta haberme vertido en todo el mundo.
Deseo con tanto dolor alimentar mi cuerpo
que los males del mundo mi circunden como las estrellas-
En la sangre y martirio del pesar instigado
se realiza el amor, se libera el espíritu.
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