Qué pensarán.
Yo toda grácil entre las garras de una negra criatura.
Litros de barbaridades con purpurina,
y mi tiempo se acomoda a tu mandíbula cómplice.
Yo canto para ti todas las posturas escotofílicas
y las vamos reproduciendo con la feroz inocencia del debutante,
frecuentamos los vulcanos y yo te hago de todo;
yo vestal con uve y tú bestal con be.
La suma de las perturbaciones. Nos seducimos distinto.
Los tormentos que preceden a mi incontinencia.
Aprendernos de memoria
la biografía de nuestras piezas
y tus garras de tiniebla que sean horizonte.
Estaba en el enfrentamiento, en el malsano enfrentamiento
de mis años relativos
contra tus uñas de cuatro centímetros y medio.
La noche, calentadora,
y te pronuncio así: mi bella bestia.
Comentarios sobre el poema
¿Qué hemos hecho con los jóvenes de la calle?.
Les hemos abandonado, no captan ni el rescoldo de los mayores, ni las miserias tecnológicas.
¿Qué hemos hecho con los jóvenes?, y con los que no son tan jóvenes…
Les hemos empobrecido en su lenguaje. Ya no entienden el silencio, ni los árboles coloreados del otoño. Les hemos dejado sin agua, sólo beben alcohol y comen las especialidades de las hamburgueserías.
¿Qué hemos hecho con los jóvenes?, no hablan ni escriben. Sólo revientan las calles con su bullicio. De cuando en cuando, alguno muere entre ellos.
Ahora, Yolanda Castaño es la lluvia que esperábamos.
Ramón Chueca Pérez.(Madrid)