Esta vez, amada mía
cuando el sol despunte al horizonte
trataré de retener el tiempo
mandaré un mensaje con el viento
para decirte cuanto te amo…
Dialogaré en silencio con la brisa
a sabiendas que en ella estás tú
y así retendré tu silueta
para sentir en mis labios
un soplo de tus besos
mientras me solazo de alegría
pues dentro de unos minutos
podré darle un beso a tu vientre
donde aguarda mi vástago
ése que Dios nos dará como un regalo
este noviembre eterno…
Y le pondré tu nombre
pues ser el amor más puro
que Dios me ha dado
gritaré al viento
que lo sepan las flores, los ríos…
que un nuevo hijo lleva parte de mi sangre
de nuestra sangre
como bendición del Altísimo
y a la hora de los salmos
seremos la muralla frente a la vida…
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