No importa. No eres tú quien me daña…
Soy un puñado de tierra que pisa tu pie ligero,
algo que te sustenta y que apenas conoces,
algo que acaso nunca comprenderás del todo.
No importa. ¡No eres tú quien me daña!
Me hicieron campo de lucha para tu sangre joven
campo para morir y para erguirte
como un árbol gozoso de ti mismo.
Por todos mis caminos me recorres
hiriéndome, sangrándome…
¡No importa!
Me alimento en el daño que me haces,
¡me alimento en el daño!
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