Un trozo de azul tiene
mayor intensidad que todo el cielo;
yo siento que allí vive, a flor
del éxtasis feliz, mi anhelo.
Un viento de espíritus pasa
muy lejos, desde mi ventana,
dando un aire en que despedaza
su carne una angélica diana.
Y en la alegría de los gestos,
ebrios de azur, que se derraman…
siento bullir locos pretextos,
que, estando aquí, ¡de allá me llaman!
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