Soñé que la mujer a quien adoro
con infame perjurio me engañaba
y a otro amante feliz, le abandonaba
de su amor el bellísimo tesoro.
Soñé que apasionado, que sonoro
su beso en otra boca resonaba
y aunque el sueño mis párpados
cerraba los abrían las fuentes de mi lloro.
Si en el drama futuro de mi vida
tan inmenso dolor me está esperando
que la muerte de mí compadecida
antes me brinde su reposo blando
porque más que la tumba me intimida
mirar despierto lo que estoy soñando.
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