Una trama vibrante de palmeras
agitadas: maracas sigilosas.
El pájaro que pica las maderas
la muerte coserá sobre las cosas
detenidas y oscuras: donde late
como una gota de mercurio cálido
la limadora luz -no el plata mate
del agua del estanque, el fulgor pálido
del limo verdinoso -nunca anida.
Buscan así los animales franjas
de claridad. Se instalan en la herida
del resplandor. Y chillan en sus zanjas
cuando los ojos saja el amarillo-
blanco del mediodía: es un cuchillo.
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