Volvió algún día mi pasión errante
a tu ardua playa que llamé yo mía.
Marino sólo en su melancolía,
viré hacia ti la ruta y el instante.
Volví a ganarte, oh isla, al expectante
litoral de tu flanco y su armonía.
Mar al cielo y al cielo la osadía
del vuelo al mar….Y el litoral delante.
Ojos y sexo por ganar la gloria
de tu cuerpo insular. Era la guerra
del placer y el dolor por su victoria.
Y en los ojos y el sexo –cielo y tierra–
perdí tu amor pero gané tu historia:
oh Gladys B***, tu cuerpo fue Inglaterra.
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