«Fabio está, no lo niego, muy notado
De una cierta pasión, que le domina;
Mas ¿qué importa, señor? Si se examina,
Se verá que es un mozo muy honrado,
Generoso, cortés, hábil, activo,
Y que de todo entiende
Cuanto pide el empleo que pretende.»
«Y qué, ¿no se le dan?… ¿Por qué motivo?…»
Trataba un Viejo de comprar un perro
Para que le guardase los doblones;
Le decía el Chalán estas razones:
«Con un collar de hierro
Que tenga el animal, échenle gente:
Es hermoso, pujante,
Leal, bravo, arrogante;
Y aunque tiene la falta solamente
De ser algo goloso…»
«¿Goloso? dice el rico; no le quiero»
«No es para marmitón ni despensero,
Continúa el Chalán muy presuroso;
Sino para valiente centinela.»
«Menos, concluye el Viejo;
Dejará que me quiten el pellejo
Por lamer entre tanto la cazuela.»