A Alfredo Murga.
El reloj encantado
retumba la una.
Bajo el plateado
temblor de la Luna,
la fuente sonora
del patio, entre tanto,
nos cuenta el encanto
de la reina mora.
Un dragón vigila
su lóbrego encierro.
La feroz pupila
se revuelve inquieta.
A quien mira, mata.
La mano de hierro
crispada aún, sujeta
la llave de plata.
Lenta el agua llora;
y la reina mora,
sola con su llanto,
espera el acero
del joven guerrero
que rompa el encanto.
Pálida y sumisa,
bajo una palmera,
con su peine de oro
y marfil, alisa
el negro tesoro
de su cabellera!
El reloj encantado
retumba la una.
Bajo el plateado
temblor de la Luna,
la fuente sonora
del patio, entre tanto,
nos cuenta el encanto
de la reina mora!
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