Por ti he sembrado la esperanza en los rincones, temblorosa de miedo y
cubierta de tu inmensidad.
He vuelto a escribir con las pupilas húmedas tu luz sobre la hierba.
Hoy hablo con la tibieza cóncava de mis manos, he recuperado la dulzura de
esperar, sin jinetes que invadan mis recuerdos ni alfileres que entren por
mis poros.
Veo como tus puertas levantan sus dinteles y se elevan los portones
eternos..
Por ti he vuelto a soñar la casa del árbol con un ejército de pájaros.
Sin la pesadumbre de las cúspides absortas, sin los vasos de angustia, ni
los opacos universos.
¡Que fácil es encontrar tu luz en ritmos azules..!
¡Que fácil es aprender a leer las letras del cielo..!
Mi corazón me habla de Ti..
Eres mi pastor y nada me puede faltar…
Si me aturden las penas,
mi corazón no teme.
Ahora mi cabeza se levanta, has preparado la mesa para mí.
Reconfortas mi alma frente a mis adversarios, he recibido la unción del
Espíritu Santo..
¡Rindo honor a tu nombre Señor!
Eres el Rey de la gloria, Dios de Jacob
Amor y lealtad son todos tus caminos,
para quienes guardamos tu alianza y tus mandatos.