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Ahora regreso hacia el hombre
Al corazón enfermo le gusta
Ámame en mi locura
Ariadna
Avisos clasificados
Cuando me es difícil vivir, doloroso respirar
El camino ha sido largo y difícil
El poeta borracho
En el espontáneo alboroto de la vida
Entra en mí, no te alejes
Me gusta mi silencio en el bosque
No me gustan los encuentros
No ser alguien, ser nada
Pasarán nuestros días, nuestra vida fugitiva
Se oscurece el bosque en las riberas
Sentado en la hierba de la orilla
Tú vives pagana y locamente.
Yo creo, creo, creo, creo
A la muerte de Montalbán
A la rosa
A una dama
Soneto
La rambla
A una joven en el parque
Algo secreto
Anochecer de estepa
Cuando amas
Elegía
Elegía del tren eléctrico
Invernal
La glorieta
Las palabras de Orfeo
Lo que nos diste
Los pasos
Los ruidos
¿Para qué tocar esa piedra
Pedregal
Regreso en el tren
Suburbio
Vientos
Canción de los espías cultos en el momento de envejecer
Comisión de servicios
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Metamorfosis
Parábola de este mismo lugar
Semáforos… Semáforos
Sin
Variación barroca sobre un tema de Lucrecio
Alegría por el cuerpo
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Charles de Foucauld
Concha Armida
Teresa de Lisieux
A campo traviesa
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El espíritu del mundo
Filosofía del amor
Himno a la belleza intelectual
La serenata india
Prometeo liberado
Soy como un espíritu que mora
Su voz tembló cuando nos separamos
Temo tus besos
Vino de hadas
Amor verdadero
Como actor vacilante en el proscenio
¿Cómo puede buscar temas mi Musa
Como un padre decrépito disfruta
Cuando en las crónicas de tiempos idos
Cuando haya muerto, llórame tan sólo
Cuando hombres y Fortuna me abandonan
Cuando, infeliz, postrado por el hombre y la suerte
Déjame confesar que somos dos
Derroche del espíritu en vergüenza
El pecado de amarme se apodera
El soliloquio de Hamlet
Extenuado, hacia el lecho me apresuro
He visto a la mañana en plena gloria
Los corazones que supuse muertos
Mas cuán pesante se me hace este viaje
Mejor ser vil que tal considerado
Mella, Tiempo voraz, del león las garras
Mi amor es una fiebre que incesante
Mira a tu espejo, y a tu rostro dile
No creeré en mi vejez, ante el espejo
No me sucede lo que a aquel poeta
No, no aparta a dos almas amadoras
No te acongojes más por lo que has hecho
O viviré para escribir tu losa
Pobre alma, centro de culpable limo
¿Por qué me prometiste un día hermoso
Pintado por Natura el rostro tienes
Pintores son mis ojos: te fijaron
Que los favorecidos por los astros
Que no le ponga inconvenientes yo
Señor del amor mío, cuyo mérito
Si a mis días colmados sobrevives
Si la muerte domina al poderío
¿Te he de comparar con un sol de estío?
Tiempo devorador, desafila las garras del león
Tiempo, no has de jactarte de mis cambios
Tu capricho y tu edad, según se mire
Tu pecho está cargado con todos los corazones
Unos se vanaglorian de la estirpe
Anhelo
Balance
Caligrama
Desasosiego
Dieciséis hai-ku
En las grutas del mar
Epigrama
Epitafio
Estrofa
Flores de la roca
La hoja del álamo
Rima
Algo debe morir cuando algo nace
Arroyo
Besos
Canciones sin su música
Confesión
Contra mi tacto evocador me afano
Desnuda aún, te habías levantado
Dicho a ciegas
El quemado
En brazos de la noche
Encarnaciones
Entre los tibios muslos te palpita
La música
La semana sin ti
Lluvia estival
Miel, aceite
Modesto deshaogo
No volverá
Otra vez en tu fondo empezó eso
Palabras de allá
Purificado
Sé que no sabes que recuerdo tanto
Soplos en la noche
Souvenir
Tu carne olía ricamente a otoño
Tus pechos se dormían en sosiego
Un momento estoy solo: tú allá abajo
Vientos
Y sin embargo, a veces, todavía
América, no puedo escribir tu nombre sin morirme
Años de los castigos
Epístola de los poetas que vendrán
Soy el desterrado
Crepúsculo para Ana
El rey
Elegía de los desconocidos
La casa vacía
La cita
La lámpara
La prisión
La sombra
Música lenta
Nocturno salvadoreño
Rosa única
Serenata
Eva
Viento del olvido
Desengaños del mago
Vals gris
Vals verde
Dalmacia
El desterrado
Rumor en la nostalgia antigua
Amor y apetito
Éxtasis por Laura
La partición de la tierra
Reminiscencia inmortal
Tres palabras de fortaleza
Aunque ungiste el umbral y ensalivaste
El émbolo brillante y engrasado
El paso no, del Dios, sino la huella
El rumor de las máquinas crecía
Entrando en ti, cabeza con cabeza
La transparente luz del mediodía
Las húmedas terrazas dominaban
Ni la voz precedida por el eco
No por azar, por gusto del dislate
Omítemela más que lo omitido
Pido la canonización de Virgilio Piñera
Renuncia a tu cuidado, bien lo sé
Corta, Changó con tu espada
Cuerpo con cuerpo: las pieles
El mar con destructora música invocando la helada quietud
El gamo
Flauta. Son. La madrugada
La letra con sangre entra
No acudas a linimento
No porfíes. No rememores
Se esforzaba. Su jadeo
Tanto arder, tanto valor
Tu cuerpo se recortaba
Ya lo ves, de aquella brasa
Harley Red
Isabel La Católica
L’enfant a l’oie
Catorce de junio
El beso
«En el corazón, quizá»
Estudio de desnudo
Hasta la carne
Intimidad
Inventario
Laberinto
Signo de escorpión
«Vengo de lejos, lejos»
Virginidad
Ahórrate el dolor, no tienes modo
Al filo del alba
Anónimo
Apunte cotidiano
Argonauta
Calle de la guadaña
Hombres al natural
Junio
La estatua
La memoria
La profecía
La última esperanza
Por no tener
Sin título
Teoría de la verdad
Un sitio en la palabra
Una palabra
Venecia
Al alba venid, buen amigo
Bésame y abrázame
Cuando yo so delante aquella donna
La moza de la finojosa
La niña gritillos dar
Lejos de vos y cerca de cuidado
Otro decir
Por una gentil floresta
Serranilla de Bores
Soy garridilla e pierdo sazón
Ya cantan los gallos
Yo me iba, mi madre
De «Poemas de Chicago»
De «Puñados»
De «Poemas de guerra»
De «El camino y la meta»
De «Brumas y hogueras»
De «Sombras»
De «Otros días»
Primer linchamiento
Alabanza de la noche
Alrededores de la luz
Camino del silencio
Cavidad permanente
Cuerpo dormido
De la tristeza del regreso
Dejadme aquí, sumido en la penumbra
Después de la lluvia
El espejo
El mar estaba lejos
El poema
El verano
El viajero
La casa
La ciudad presentida
La costumbre
La luz
La muerte del silencio
Las sombras anteriores
Mar
Preludio
Sonido de un cuerpo
Supón que aún es agosto y que no estás tan lejos
Tarde de junio
Tierra de la soledad
Deseo de verano
El libro tras la duna I
Una piedra, memoria
El libro tras la duna II
El libro tras la duna III
El libro tras la duna IV
El libro tras la duna V
El libro tras la duna VI
El libro tras la duna VII
El libro tras la duna VIII
El libro tras la duna IX
El libro tras la duna X
El vaso de agua
El vaso de agua 2
La abubilla
La estrella
La luz
Las primeras lluvias
Más allá de los árboles
Una hoguera, y el centro de la muerte
Adolescencia
Al principio al final
Aparición
Belleza
Con flores pintadas
Cuando subes a las alturas
Diálogo y recuerdo
El cuerpo suicida
Elena es alga de la tierra
Persistencia
En la noche dúctil con un gladiolo en tu casa
Inocencia
Me pongo a temblar en la noche llena de sonidos
Menos vulnerable
No estás conmigo
Obra de vigilancia
Poema II
Por razones de odio
Posesión
Primera juventud
Profundidad del amor
Retrato de la bella desconocida
Si vuelvo a la mujer
Transfiguración del amor
Sólo al fondo del furor
Trinidad
Yo no seré explícito o enigmático o tú no serás la rosa
Amanecer
Carpe Diem para un amante indeciso
De senectute
El escondite
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